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Capítulo 08.

Tal y como lo dijo Jungkook estaba cerca de la casa de Jimin, lo esperaba con una enorme sonrisa, solo rogaba no caer desmayado. El alfa lucía perfecto en el atuendo que llevaba puesto, pantalones grises, camisa de cuello alto y un abrigo que llegaba a sus rodillas.

—Buenos días, Jimin.

—Hola, Jungkook, ¿cómo estás?

—Muy bien, gracias —camina abriendo la puerta del copiloto para que Jimin suba. El omega agradece y espera a que el cinturón le sea ajustado, ambos cruzan miradas y sonríen.

Cuando Jungkook se encuentra en su asiento, toma una bolsa de papel marrón y la tiende al omega que ha empezado a negar —No es cosa del otro mundo, no te mortifiques.

—Pero...

—Nada de peros.

—Pues que bueno que lo dices porque yo también tengo algo para ti —busca en su bolso un recipiente un poco más grande que el anterior—. Son waffles con miel y algunas galletas.

Jungkook se lleva una mano al pecho y suspira —Eso es muy lindo, gracias, me siento cortejado —se burla del sonrojo de Jimin.

—Espero te gusten, Minsuk me ayudó.

—¿Minsuk? ¿Acaso me estás engañando, omega? —Jungkook sonríe al ver de nuevo el rostro sonrojado de Jimin.

—No, digo... hablo de mi hermano Minsuk.

—Eso es dulce, ¿es muy parecido a ti?

—No, bueno, quizá en el cabello, es un lindo y muy tierno alfa. Le gusta cocinar... perdona si te aburro.

—Claro que no, tú cuéntame todo, me gusta escucharte.

—Está bien —sonríe—, siento que le caerías bien. Es muy tímido y apegado a mí, quiero presentarlos algún día.

—¿Es un alfa celoso?

—Para nada, él parece ser muy... sensible y sumiso, al principio creí que todo era culpa mia por criarlo de esa forma. Pero después me hicieron entender que era su personalidad.

Jungkook guarda silencio, recuerda que el omega le mencionó que sus padres no estaban —¿Son solo ustedes? Recuerdo que tienes hermanas gemelas.

—Así es, están las gemelas, ellas me siguen, una alfa, Daebin y Daesun que es omega.

—¿Y cómo llevas todo en casa?

—Es una locura, me duele dejarlos, pero es necesario. Anteriormente, los trabajos que tenía era para estar en casa a las cuatro o cinco de la tarde máximo. No me quejo, de verdad que no, pero ahora los dejo un día completo y en ocasiones siento que estoy haciendo mal.

—Sabes que no es así, me imagino que te adoran. No quiero ser invasivo y si te sientes incómodo no respondas, pero... ¿tus padres?

—Está bien, todo bien. He superado el tema con el tiempo. Mi madre nos dejó cuando tenía diez años, las gemelas tenían cinco años más o menos, Minsuk apenas era un recién nacido. Mi padre cayó como en un tipo de depresión por abandono y al final fuimos solo los cuatro.

Jungkook siente mucha más admiración por Jimin, sus manos toman con fuerza el volante al pensar en Jimin pasando por algo tan fuerte siendo tan pequeño —¿Solamente tú los has criado desde que tenías diez? Eras solo un niño.

—Sí, pero fue lindo, claro, en ocasiones quería irme llorando de casa, pero pude tolerar.

—No imagino lo difícil que fue —Jungkook se siente inquieto.

—Lo fue... —Jimin frunce el ceño, había más tráfico de lo usual—. Pero estamos bien, eso es lo que cuenta.

Jungkook saca su teléfono y teclea, no había problema, pues estaban estancados —Envié un mensaje a Junhyun, no te preocupes.

—Gracias. espero no tener problemas —dice nervioso.

—No los tendrás. Él viene tras de nosotros.

—Bien.

—¿Vives solo con tus hermanos?

—No, papá aún existe, realmente casi nunca lo vemos —hace un gesto para restarle importancia.

—Eres muy bueno Jimin, sé que no pudo ser nada fácil, te admiro, realmente lo hago —sonríe.

—Está bien, supongo. Creo que las cosas más duras pasaron —Jimin suspira al ver que la fila avanza—. Aunque no te mentiré, en ocasiones siento que soy malo por dejarlos un día entero. Las chicas están por ser mayores e ir a la universidad, pero, aún así, siento que no es suficiente. Que ellos merecen más.

Jungkook deja salir su aroma, Jimin parece tranquilizarse —Haces mucho, eres un gran hermano. Estás haciendo lo que a tus padres les correspondía. Lamento que hayas tenido que vivir algo así desde pequeño. Si necesitas ayuda algún día sabes que puedes contar conmigo.

—Gracias, aprecio eso.

—¿Y qué más te gusta? Cuéntame.

Jimin parece pensarlo un poco, su ceño se frunce analizando lo que dirá. En realidad nunca ha sabido que es lo que realmente le gusta, además del sueño que tenía de trabajar en medicina. No tiene muchos recuerdos buenos sobre su infancia. Y la verdad nunca hubo tiempo para desear o querer algo más que no sea que sus hermanos estuvieran bien.

—Antes me gustaba leer, me gusta mucho el café, comer helado cuando hace frío. No sé...

Jungkook sonríe —¿Helado cuando hace frío?

—Sí, sabe muy bien, Minsuk y yo los preparamos siempre que podemos, ¿a ti que te gusta?

—Salir a correr, ir a tomar algo cuando deseo hacerlo, me gusta la música, dormir, comer, pasar el tiempo con la familia de Junhyun.

—Debes tener un buen círculo social.

—Algo, ¿y tú?

—No, para nada. Creo que mi único amigo es Taehyung —sonríe orgulloso.

—Eso es lindo, Taehyung es una buena persona, aunque puede ser una espinilla en el trasero cuando lo quiere.

Jimin niega y se siente aliviado cuando llega al hospital. Jungkook baja y abre su puerta para ayudarlo a salir. Como siempre el omega camina para dejar su abrigo y cosas en el lugar correspondiente, va a por los informes del turno anterior para después ir a poner la inyección al alfa.

Jungkook se despide y asegura regresar para el almuerzo. Jimin sonríe y empieza su jornada de la mejor manera posible. Con el aroma de Jungkook rondando a su alrededor.

Se sonroja un poco cuando una anciana le dice que ha visto a su alfa venir por él que es muy guapo y que huele muy bien.

Pasan las horas y tal como lo prometió, Jungkook llega para el almuerzo para compartirlo. Ambos están felices y Junhyun suspira al verlos. Hace un intento de ir a compartir con ellos, pero la mirada de su hermano lo hizo apartarse.

Él vira los ojos y se aleja. Jimin no se da cuenta, pues admira el pequeño broche de una flor en sus manos. Uno de sus pacientes omegas de mayor edad se lo obsequió. Jungkook sonríe y siente bonito al ver lo linda persona que es Jimin y como es que los pacientes lo adoran.

Pasado el rato después de una breve charla, Jungkook se despide y promete hablar por mensaje sabiendo que el horario de comida del omega termina pronto.

En un abrir y cerrar de ojos llega la noche y madrugada. El tiempo pasó muy rápido y Jimin se sentía muy cansado. Fue un turno difícil gracias a una intoxicación en una fiesta, un incidente de tránsito, y algunos pacientes con gripa gracias a las bajas temperaturas.

Jimin sonríe al percibir el aroma de Jungkook cerca, suspira llenando sus pulmones, necesitaba tanto un poco de café, pero ni para eso ha tenido tiempo con tanto que hacer.

Jungkook se aparece sonriente y guapo como siempre, con la bolsa de comida en manos y un café en la otra —Buenos días —saluda y Jimin se sentía idiota, solamente deseaba abrazar al alfa y enterrar su rostro en su cuello para llenarse de su aroma.

—Hola —responde recibiendo el café y la bolsa—. Deja de tomarte tantas molestias, Jungkook, me haces sentir mal.

—Nada de eso, ya te lo repetí muchas veces. No es ninguna molestia.

—Gracias, ya veré como compensarte —Jungkook sonríe y lo sigue por el pasillo, el aroma de Jimin lo abraza.

El omega pone la inyección y le da la paleta. Jungkook agradece —¿No olvidaste nuestro desayuno, verdad?

—No, claro que no —Jimin levanta la vista después de poner un parche con un pequeño auto azul, la baja de inmediato al encontrarse con la potente mirada del alfa—. Solamente llevaré a los chicos a la escuela. ¿tú no tienes problemas en el trabajo?

—No, yo pongo mis horarios.

—Bien —suspira sonriente, haciendo a un lado sus cabellos.

Ambos salen, Jungkook suplica ir y llevarlo a casa, pero Jimin se niega rotundamente. Toma el autobús y llega a casa.

Abre la puerta y se queda de pie, sumamente extrañado. Su padre está en la cocina, luciendo terrible, pero limpio, está peinado y sus ojos miel parecen tener algo de vida de nuevo. Jimin siente una punzada al recordar cómo era todo hace años, esa era la mirada que le daba cuando era tan solo un niño.

Él carraspea incómodo —Buenos días. Hay café.

—Bien, supongo que gracias —Jimin responde sin saber que más decir. Es extraño y confuso. No lo juzguen, pero hay algo que le hace sentir intranquilo. Anteriormente, le rogó ir a terapia, ir con un especialista. Le rogó por ayuda con sus hermanos y él simplemente lo regañaba o ignoraba.

—Traje pan y algo de jamón —rasca su mentón recién afeitado, se ve apenado, incómodo.

—Gracias —Jimin atina a decir. En realidad no tiene la mínima idea de cómo actuar.

Los chicos vienen sonrientes. Daebin y Minsuk van directo a sus brazos para saludar.

—¿Cómo te fue Jimin? —el pequeño alfa se aferra a su torso. Su padre se les queda viendo y el omega teme que haga una escena.

—Bien, cariño. ¿Y ustedes, cómo están?

—Excelente, papá le enseñó a Daebin a preparar huevos sin que se quemaran —sonríe feliz, Jimin eleva la vista y su padre se da la vuelta para lavar la taza que estaba usando.

—Eso es genial, ¿ya desayunaron? —pregunta en dirección de la alfa.

—Sí, Jimin, gracias. Papá nos trajo pan y algunas cosas —ella también tenía una expresión de extrañeza. El día anterior, en su turno, Daebin le mandó mensaje diciendo que su padre estaba actuando extraño. Él se asustó preguntando si le hizo algo y ella respondió que no, que había llegado diciendo si querían algo de cenar, él lo haría.

Jimin realmente se preocupó, desde que era muy pequeño nunca se preocupó por ellos. Es por eso que Jimin se esmeraba en que ellas tuvieran lo necesario para que no enfermaran. Los primeros años él los llevaba a regañadientes al médico. Siempre se quedaba lejos y Jimin se hacía cargo.

—¡Oh! Bien, ¿dieron las gracias? —inquiere, no sabía ni que decir, los chicos en especial Minsuk nunca habían recibido algún tipo de muestra.

—Sí, estuvo muy rico —Minsuk esboza una sonrisa.

—Perfecto, solo iré a cambiarme y los llevaré a la escuela.

—Yo... —su padre interrumpe—. Quédate yo los llevaré, Daesun me lo pidió.

—Pero...

Daesun se acerca con mirada exasperada —Solo aprovecha el tiempo, papá dijo que nos llevaría, listo.

Su padre rasca su cabeza e intenta sonreír. Por Dios Jimin se volverá loco. No confía, pero ve la mirada de sus hermanos. Al final ellos siempre han añorado que su padre actúe como lo que es.

Asiente, rogando con la mirada a Daebin que avise cualquier cosa. Ella lo tranquiliza y sonríe. Jimin sube de inmediato y se cambia. Irá detrás de ellos, él siempre lo ha hecho y se siente sumamente inquieto que su padre ahora se interese.

¿Se habrá acordado que ellos existían después de tanto tiempo?

Sale a toda prisa, busca su celular por si Jungkook envía un mensaje. Camina lejos de ellos, puede ver que Minsuk va de la mano de Daebin y Daesun conversa con su padre. Al final siente ¿empatía, lástima? No lo sabe, pero verlo así de vulnerable le causa un revoltijo, al final es su padre, ¿no?

Al llegar a la escuela, los tres se detienen, es Daesun quien se acerca y abraza al alfa, él se queda estático por unos segundos y luego termina de devolverle el abrazo. Daebin le da un pequeño golpe cariñoso en el brazo y Minsuk solamente alza la mano para decir adiós.

Jimin espera a que ellos entren y regresa, su padre sigue otro camino que no es para regresar a casa.

Cuando pasa de nuevo por la puerta se dirige al baño y toma una relajante ducha, frota sus ojos y todo en su cabeza da vueltas. Al terminar ve los mensajes del alfa quien le pregunta si puede pasar por él.

Jimin suspira nervioso, a decir verdad hasta este momento no se ha puesto a pensar que es lo que Jungkook espera. Quizá solamente quiere ser un buen amigo, no lo sabe, es tonto porque siente la chispa en ellos. Y se siente nervioso. Busca entre sus prendas las más lindas. Por la luna tiene tanto en que pensar... ahora como desearía tener un lindo conjunto, uno de esos que siempre deseó.

Toma lo mejor que hay, recordando las palabras de su abuela: "no importa como lo llevas, importa como lo luces".

Su abuela únicamente tuvo a su madre, no conocía a más familia. Su padre la aprecia como una madre y en el momento que ella falleció fue cuando la omega empezó a cambiar.

Al salir encuentra a Jungkook con un abrigo largo, está de manos y pies cruzados, se apoya en el auto. Jimin suspira.

Jungkook es realmente guapo.

El alfa lo recibe con una enorme sonrisa. Y camina para abrir la puerta —Hola de nuevo.

—Hola, gracias —dice después que ajusta su cinturón. Jungkook da la vuelta y se acomoda en su asiento arrancando para poder marchar.

—¿Te gustan los waffles? —inquiere el alfa.

—Sí, ¿a dónde iremos?

—A un café que está cerca. No tendrás que preocuparte por el tiempo.

—Gracias. ¿cómo ha ido tu día?

—Bien, cerré un par de tratos y Hoseok se quedó a cargo. Las cosas están tranquilas.

—Me alegro, ¿estás seguro de que esto no interfiere en tu horario, ¿verdad?

—Completamente, no te preocupes. Fui yo quien te invitó, ¿recuerdas?

—Tú me llevas yo invito, te debo mucho.

—No creo que sea de esa manera, pero bueno... —estaciona y sonríe—. Antes de bajar tengo esto para ti.

Jimin se sonroja —Jungkook, no, deja de darme cosas.

—¿Por qué? Me gusta hacerlo.

Jimin traga fuerte, se siente extraño, en realidad lo único que ha recibido son aquellos presentes que sus lindos hermanos le dieron con mucho esfuerzo. Se siente raro que alguien como Jungkook le esté dando tantas cosas. Su mente trabaja en pensamientos de merecer o no merecer, ¿querrá algo a cambio?

Jungkook carraspea al notar su vista perdida —Noté que tu cabello en ocasiones te estorba.

—Sí, no lo quiero cortar, me gusta cómo está.

—Es muy lindo y es por eso mi regalo. Observa —Jimin obedece y sonríe al ver los prendedores y ligas de diferentes colores para sujetar su cabello.

—Son muy bellos, yo no tengo nada para ti...

—Basta, esto te lo doy porque quiero, no espero nada a cambio, ¿entiendes? Eres muy lindo, me agradas, no sufro cuando tengo que ir a inyectarme. Me gusta estar contigo. Eso es todo.

Un fuerte sonrojo cubre el rostro del omega —No me conoces bien —intenta bromear.

—Eso es verdad, ¿no eres un asesino, o sí?

Jimin sonríe en grande —Sí, más vale que cuides tu espalda.

Jungkook resopla divertido —Mi alfa falló, mi intuición también, no puede ser que alguien con el rostro tan angelical sea como tú lo dices.

—Es de quienes más te debes cuidar, alfa.

Los ojos de Jungkook brillan, se queda en completo silencio, Jimin, en cambio, desea que la tierra lo trague ante el silencio del alfa, se preocupa y se hace pequeño en su lugar.

—Lo siento, perdona, no sé qué me sucedió... —dice, llamar alfa u omega a alguna persona es porque tenían una relación o una conexión de pareja.

Jungkook se da vuelta a su dirección sonríe —No te avergüences, por favor. Eso fue lindo. Quiero ser sincero, pero temo que pienses que estoy demente.

—No creo que seas un demente.

—Bien, me alegra mucho escucharlo porque me agradas mucho Jimin, me gustas y me encantaría que me permitas conocerte en todas las formas posibles.

Jimin se sorprende, sus ojos se abren, se siente nervioso y al parecer por primera vez experimente esa sensación de revoloteo en su estómago. Jungkook suspira y continúa—: Soy un poco delicado con respecto a omegas, mi alfa puede ser un cabrón cuando lo desea. Pero en algo estamos completamente de acuerdo y es que nos gustas mucho. No debes responder, respetaré lo que tú digas, pero deseaba que supieras cuáles son mis intenciones.

Jimin cierra los ojos, su omega está panza arriba esperando que su alfa lo acaricie —Tú también me agradas, me gustas...

Jungkook sonríe en grande —Eso es genial, por la luna, ¿puedo darte un abrazo?

Jimin asiente recostando su rostro sobre el pecho de Jungkook, siente cómo el alfa besa su cabello y por fin siente el palpitar de su corazón.

Ambos suspiran cuando se separan, Jungkook se apresura a abrirle la puerta, Jimin ya no es capaz de ocultar su enorme sonrisa. El alfa llega a su lado y ofrece su mano —¿Vamos? —Jimin acepta y caminan.

Entran a la cafetería y Jungkook se asegura de dejar su tarjeta antes que Jimin pueda verlo. Se sientan y ambos ordenan. El alfa termina por pedir unas crepes rellenas de fruta y caramelo, mientras Jimin opta por waffles.

El omega se da cuenta cómo el alfa observa su platillo, toma el cuchillo y el tenedor para cortar una ración y la pone en el plato de Jungkook. El ojiazul hace lo mismo y ambos sonríen.

Comen y hablan de sus vidas, Jimin comenta algo de su infancia y se sorprende mucho por la facilidad que tiene ante el alfa para comentar cosas que él llevaba guardadas desde hace mucho. Claro que no dice todo, pero sí habla de su abuela, de cómo fueron sus estudios, entre otras.

Jungkook también le comenta de su vida, su familia y trabajo. Jimin queda encantando en la forma que el alfa sonríe, es fácil perderse en su forma de hablar. Comparten sonrisas y todo es tan fácil que se olvida de todo.

Terminan y Jungkook lleva a Jimin a casa por petición de él mismo. Tenía algo de pena el tiempo y además los chicos saldrían pronto.

Así pasan los días, entre encuentros y comidas fugaces. Jimin prepara comida para el alfa, pues, le asegura que ha visto que su dieta no es muy saludable.

Jungkook no deja de llevarle café, traerlo y llevarlo.

Por su parte, las cosas en casa han sido sumamente extrañas. Su padre está mucho más al pendiente, no sabe qué sucedió, pero ahora sonríe. Habla con las gemelas y Minsuk dijo que ofreció ayudarlo con su tarea. El alfa no ha intentado acercarse a Jimin. Ahora hay más comida en casa, ha visto que tienen nuevas mudas, ropa de almacén, no de segunda, lo que él solía comprarles porque es lo único a lo que alcanzaba.

Daesun es la primera en terminar, lava su plato, Jimin por lo menos se siente mejor, ella ya no suele ser tan problemática, aunque esos encuentros que Daebin comenta con el alfa no son de su agrado. No se siente tranquilo, tiene un pequeño presentimiento. Y cuando se lo hizo saber de una forma sutil pidiendo que debiese ser cuidadosa y que si necesitaba algo se lo digiera, ella simplemente explotó.

Pasaron un par de días para que ella volviera a responderle cuando le hablaba.

—Voy a quedarme en casa de una amiga. Necesito hacer tarea —informa la omega.

Jimin frunce el ceño —No lo sé, si gustas puedo ir por ti cuando termines.

Ella le da una mala mirada —¿Ya vas a empezar? No estoy pidiendo permiso, Jimin estoy avisando.

—No hagamos de esto algo grande, es solo que me preocupa, ¿sabes si son buenas personas? ¿Los padres de tu compañera están de acuerdo?

—Por la luna Jimin eres una gran molestia...

—Solamente soy precavido, podrías darme el número de sus padres, así puedo estar tranquilo y asegurarme que todo irá bien.

—Carajo, no haré eso. Ya te he dicho que no eres mi madre. Ya pedí permiso a papá y él me dijo que estaba bien.

Jimin traga fuerte, su padre llega a donde ellos están.

—Deja que vaya, yo conozco a los padres de su amiga. Yo me encargo —dice y camina a la puerta esperando a los chicos. Daebin y Minsuk abrazan con fuerza al omega.

Minsuk se para de puntas y Jimin se agacha un poco para recibir el beso —Te quiero Jimin, te veo después.

—Yo también, amor. Te veo más tarde.

Todos salen y Jimin suspira. Su celular vibra y nota el nombre de Jungkook en la pantalla. Responde mientras sube las gradas.

—Hola —responde.

Hola, Jimin, ¿todo bien? —Jungkook inquiere, la voz de Jimin sonaba algo apagada.

—Sí, todo bien, no hay de qué preocuparse.

Cariño, no suenas bien, puedes decirme que sucede.

Jimin suspira, se siente frustrado, solo quisiera algo de café. A Jungkook.

—Es mi padre, no lo sé. Todo se siente raro. Él parece diferente, quizá sea cosa mía es extraño, aunque mis hermanos parecen estar más felices y eso es lo que importa.

Claro que importa, pero no olvides que tú también importas, tienes que darte tu lugar, Jimin.

El omega sonríe. Y se acuesta en su cama. Amaba hablar con Jungkook, podía entenderlo tan bien. Han desarrollado una gran confianza, tienen buena comunicación y Jimin no comprende que hizo de bien para merecerlo.

Lastimosamente, ese día no podrían salir, ya que el alfa tenía algunas juntas importantes. Después de algunas palabras más y de Jimin desearle buena suerte, se mete a bañar, sale y pone algo de crema y loción. Fueron regalos de Jungkook. Él ha tenido un poco de dinero sobrante ahora que su padre ha llevado cosas a casa, pero Jimin es precavido y trata de ahorrar por alguna emergencia o si su padre vuelve a caer.

Esa es otra cosa, no lo ha visto beber, es confuso porque parece que intenta rescatar algo con sus hermanos. Pero con él no hay más que buenos días y miradas extrañas, como si el pasado viniera y lo atormentara.

Al estar listo baja y ordena un poco. Sabe que su padre sigue trabajando, a diferencia que ahora el dinero se invierte en comida o ropa para los chicos, anteriormente era en alcohol o cigarrillos.

El timbre suena y él frunce el ceño. Al abrir encuentra a un repartidor. Con una bolsa de comida y un regalo.

—¿Señor Park?

—Sí.

—Esto es para usted.

—Lo siento, yo no pedí nada.

—No se preocupe, señor, lo han enviado. Solamente debe firmar aquí —dice mostrando la hoja y el lapicero.

El joven agradece y Jimin puede sentir el aroma de la comida, toma la nota y lee.

"Presiento que no has comido aún, espero te guste el obsequio. Que tengas linda mañana, omega. Con cariño, Jungkook"

Jimin sonríe y su estómago hace ruido al percibir el olor. Abre la envoltura del empaque y puede ver un libro, su corazón martilla fuerte. Sus ojos se llenan de lágrimas. Jungkook puso atención en lo que él decía.

Abraza el libro fuerte contra su pecho, luego lo deja a un lado para poder comer y no mancharlo. Antes de todo envía un mensaje a Jungkook, se siente tonto, pero abre la cámara y sonríe capturando el momento en que tiene el libro cerca de su rostro.

Jungkook al ver la imagen siente felicidad. Jimin es tan bello que parece irreal.

Responde y deja el celular a un lado para continuar con su labor. A pesar de estar sumamente ocupado, al mínimo rato libre aprovecha para responder a Jimin.

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